IN THE BORDERLINE, Sin categoría

NO SOMOS NADA.

“Bucear en el vacío es curioso, la superficie es al tiempo lo que tu mente a los recuerdos.
Al no haber nada se ocupa con lo que llevas y al principio te engañas pensando que no es un vacío real.

Luego profundizas un poco mas tranquilo pensando que exagerabas dejándote llevar por tus miedos y tu sonrisa se borra al ritmo de un eco vacío de sonido que no devuelve nada.

Cuando estas tan dentro que nada penetra en ti es cuando la nausea (o la sensación de nausea) se apodera de ti.

Nada… nada.

No estas ni tu; todo es un espacio alejado de cada conocimiento acumulado que poseas y ahí, sin referencias, solo te queda el recurso de pensar.
Pronto descubres que tampoco sirve de nada. Cada espacio que ocupas con tus experiencias, tus habilidades, tus conclusiones, se vacía tan rápido…”

Así empezó este escrito hace unos días. Ingenuo, bien intencionado. Un cúmulo de convencionalismos adecuados a mi necesidad de retomar la senda del redil.

Lo que ocurre es que el redil ya no existe para mí.
No hay un refugio dirigido al que volver porque al ser expulsado se rompió la “cadena del frío” y ya no estoy “acondicionado” para permanecer en un lugar “común”.

Ya puedo lanzar mi rabia, mi ira, mi mochila de rencor contra la barrera que me separa de aquel lugar dócil, calentito y obediente que no conseguiré volver.

-Bueno_, le digo al amigo imaginario que soy yo en esta realidad, -vayamos al lado “oscuro”. Igual allí encontramos acomodo y un lugar donde estar.

¡ERROR!. las credenciales que muestras no son suficientes… -¿pero si me han echado del infierno?, protestas.
¿Y que te hace pensar que si allí no te quieren lo haremos aquí?

Irreprochable…

Recuperas tu petate y te adentras en la niebla.

Y ahí estoy. En un lugar que me obliga a machacar mis ilusiones tan finas que ni esnifándolas encuentro aliciente en ellas, que reduce mi resistencia a un absurdo que no penetra en lo “fuera de la ley”, y que me deja a merced… ¿de que, si no hay nada?

Tengo que moverme en lo ilegal para poder permanecer conectado a lo legal y si intento romper alguno de los dos hilos conductores… ¿ES IMPOSIBLE!… ¿Pero donde coño, poya, o como se diga en lenguaje inclusivo estoy?

Vivo la realidad común de mi entorno afectivo, pero solo para relacionarme con ellos en un modo básico porque nadie que este en su lugar va a comprender los porqués de mi lejanía; una lejanía que mantengo en gran medida por mantenerlos alejados de este lugar que ni comprenden ni necesitan comprender. Sacrifico mi cordura, mis afectos, por evitar a la gente que quiero que entren aquí ya que no se si podrían salir.

Hemos cambiado el significado del concepto “marginal” y ellos no lo saben, o no lo aceptan… me da igual. Lo único que se es que aquí corren peligro.

En este espacio tan nuevo que ni sus creadores saben como definirlo hay droga y alcohol, responsabilidad y trabajo, amor y odio, tiempo y espacio, y nada de eso significa nada porque todo esta sujeto a unas leyes ajenas a este lugar abandonado en el que solo habitamos ermitaños que de vez en cuando nos encontramos errando y compartimos una botella de ginebra para celebrar el encuentro con un igual, tan diferente, que nos da sentido a un sinsentido mortal en lo personal, que no en lo físico.

Amar la vida aquí es supervivencia pura, y desear la muerte una constante que nos mantiene vivos.

Todo es autodestrucción, un recurso diario que nos hace vivir porque nos matamos engranados en la picadora para después refugiarnos en lo peor de las cloacas sin poder sentirnos parte de ninguna de las partes.

Y ahí vivimos, entre bolsas de basura, oscuros, apestados, esperando que desde la luz alguien nos reclame con el cebo de sus migajas, restos desechables que para nosotros son comida, luz y agua.

Mata la esperanza
reduce el alma a miedo
dirige tu mirada al cielo…
y ¿dónde alcanza?.

No hay fe que abarque el vacío, este lugar es inerte, hosco, reticente a cualquier cosa que no sea estar. Nada crece, nada prospera, esta diseñado como un vacío dormitorio donde los que antes eran sin techo ahora son sin esperanza.
Aquí no hay barrio melancolía, eso queda para el lado luminoso del espectro. Aquí no hay un Vukovsky salvador que rellene los espacios con gatos callejeros revolviendo la basura alcohólica de unos delirios irresolubles a la par que hermosos. Aquí no hay un Alberti, ni un machado, no hay metáforas que borden banderas al son de himnos que matan las ideas en aras de las ideologías.
Aquí no hay libertad, ni esclavitud… aquí no hay ni resistencia. Lo único que hay son balcones a los lugares comunes de otros, miradores que nos permiten observar una realidad que, siendo nuestra, nos es ajena. Observatorios que nos permiten ver lo diferentes que somos y que, sin duda sin pretenderlo, nos regalan el refugio de ser distintos, la sensación de que estamos fuera de un sistema que oprime, que pastorea, que convierte a sus individuos en marionetas de un guiñol en el que no participamos, al tiempo que estando fuera de la ley podemos ver la vida de los sin ley envidiando su capacidad de crear algo diferente, pero siendo conscientes de su inutilidad fuera de su espacio. Y eso, aunque es pobre y ruin, nos da algo de vidilla.

Estamos sujetos por un hilo que nos retiene en lo cotidiano, un hilo que odiamos porque, hoy por hoy, es irrompible y nos sujeta a un sistema que nos rechaza pero nos necesita como negro aceite que engrasa su mecanismo. Un sistema que jamás nos dejara volver a tener el estatus de engranaje (honor que deseamos y rechazamos en partes iguales) al mismo tiempo que otro hilo nos ancla al lado oscuro de la sociedad, un hilo que también odiamos porque surge de nosotros y de nuestra necesidad de ser algo fuera de esta nada que nos aborta como seres humanos y nos reduce a espectros parlantes, muy recurrentes para los que sujetan la luz que alumbra el espectro visible y para los que soplan desde la oscuridad intentando apagarla.

¿Pero que somos, en fin?.

Comodines infravalorados que utilizan su energía, inteligencia y sabiduría para sobrevivir entre dos mundos que los rechaza pero que los necesita como carne para la picadora.

Nos usaron para matar a Dios.
Nos usaron para dibujar al diablo.
Nos usaron para engrasar la maquinaria oxidada y como cuña para atascarla.

No dejamos de ser carne de cañón, como todos los demás, pero nosotros lo sabemos y no podemos ni aceptarlo ni resistirnos.

Somos las cenizas de una hoguera de vanidades que utilizo nuestro ego para alimentarse y luego nos desecho porque ni el viento nos borraba de sus aceras, y mientras la noche nos dio cobijo tuvimos un refugio, pero cuando colonizaron el ocio hasta reducir la luna a una bola de billar solo nos quedo el exilio, la huida, el asentamiento en un lugar sin tierra ni cielo donde solo flotamos a la espera de una sirena que nos lleve a la picadora.

Ni siquiera somos ganado… no somos nada.

03/19

Estándar

3 comentarios en “NO SOMOS NADA.

  1. Dorian dijo:

    Somos..incluso cuando la desesperanza y el vacio nos invaden.Somos aún cuando nada nos hace ser..nos llena..nos dá algo que no sea desilusión ..Ser..estar..zombies de nuestra vida que en algún momento perdió nuestra mano y se nos fué..pero está ahi.Aún cuando voluntariamebte nos aislamos.La desesperanza es mejor cuando se desahoga uno..la soledad aisla..cuando en ella sólo te regodeas de tu situación .

    Besos.te quiero bicho

  2. JARA dijo:

    Escrito está de muerte, como siempre… eso no se te puede negar

    La foto preciosa y muy acorde… ya me dirás de donde es…

    Ahora… lo siento, pero no estoy de acuerdo, no digo que no te sientas así, eso es seguro, pero de ahí a que lleves razón cuando dices que no eres nada hay un abismo….

    … empezando porque ERES padre, y de los buenos, y aunque tengas muchas cosas que tirarte a tu propia cara en cuanto al pasado, creo que a día de hoy ninguno de tus hijos puede reprocharte que no hagas todo lo que está en tu mano por ‘estar a su lado’, y creo que eres afortunado o más bien que recibes los frutos de algo que has sembrado durante años, pero creo que ellos lo saben y lo valoran, creo que hasta sumergido en el más profundo de los vacios (como probablemente estás ahora) tu ‘yo – padre’ sigue funcionando a toda máquina…

    …siguiendo porque ERES AMIGO, y lo dejo en mayúsculas intencionadamente, yo soy una islilla en tu mundo y no conozco a los demás que entran en el círculo de la amistad en tu vida, pero creo que no me equivoco si digo que cada uno de ellos sabe perfectamente que tiene un tesoro (aunque sea un tópico) teniéndote ahí…. Estoy segura de que cuando alguno te decimos que te ‘entendemos’ en realidad no tenemos NI PUTA IDEA de lo que tú vives, pero ponemos todos nuestros sentidos para intentarlo… ¿qué menos? A cambio de todo lo que tu das…

    Podría seguir diciéndote que también ERES como poco hijo y hermano… aunque igual es tocar terreno pantanoso, esto si quieres haz como que no lo has leído

    … bueno, esta es una mini colleja que sentía el deber de darte…. Pero no vale enfurruñarse eh? Es que me duele en el alma que te sientas así…

  3. Mercedes dijo:

    Cuando has salido o te han expulsado de eso que llaman «lo normal»l «la sociedad,» ni tú te permites volver, pero lo cierto es que vienes con lepra, y te lo huelen, y si, si no te necesitan para qué van a dejar qué contamines.
    Claro que para relacionarte con los tuyos tienes que ponerte las pilas, vendarte, maquillarte, para hacerle sentir que de verdad los quieres, qué es un amor tremendo, que te desgarra, porque tú estás al otro lado, justo como tú dices, al lado que no quieres que ellos pasen, no se está muy bien ahí, aunque a veces te acomodas y hasta lo llevas bien.irreversible?….si finalizable.
    A ver cuándo lo legalizan y pasa por la seguridad social, pública,en serio,tú.
    Igual si te dejan dar el salto para eso.

Deja un comentario